Las islas Canarias - Tenerife, La Palma y El Hierro

Las aguas de las Islas Canarias albergan más especies de ballenas que cualquier otra región de los océanos del mundo. "Las ballenas son una maravilla de la naturaleza y tenemos que ayudarlas a sobrevivir, se los debemos", afirma la bióloga marina Natacha Aguilar de Soto. Está especializada en la comunicación de los mamíferos marinos y prefiere realizar sus investigaciones en aguas canarias. Su última misión la llevó frente a la costa de El Hierro. El Hierro es la isla más pequeña de Canarias y, hasta el descubrimiento de América, se consideraba el extremo occidental del mundo. En un entorno natural prácticamente intacto por los humanos, los lagartos gigantes han podido sobrevivir hasta nuestros días. Juan Pedro, un orgulloso herreño, alto y fuerte, que fue campeón de lucha canaria, ha convertido en el trabajo de su vida criar y cuidar lagartos. En El Hierro, domina aún el "Salto del Pastor", una manera de saltar, con ayuda de una larga pértiga, por medio de la cual los pastores solían desplazarse sin esfuerzo por el terreno rocoso. Tenerife, la isla más grande del archipiélago, alberga la montaña más alta de España, el Pico del Teide, de 3.700 metros de altura, que los indígenas no se atrevían a pisar. La geóloga Gladys Rodríguez explica que a los guanaches los llenaba de asombro el poderoso cono volcánico que se eleva hacia las nubes y a menudo incluso más allá de ellas. Toda la vida parece haberse extinguido en las escarpadas paredes del cráter y en los campos de pedregales. Para el vulcanólogo, el polifacético Teide es "un laboratorio único, al aire libre". Junto con su homólogo en La Palma, el Roque de Los Muchachos, de 2.426 metros de altura, el Teide sirve de sede al Observatorio Norte Europeo. El complejo de investigación de La Palma también está situado en medio de un paisaje de cráteres surreal, cuenta con una docena de telescopios, entre ellos el mayor telescopio reflector del mundo y, allá arriba, donde las conversaciones giran en torno a la materia oscura, las galaxias lejanas y el nacimiento de las estrellas, uno puede sentirse como en otro planeta. La Palma es apodada "La Isla Bonita". Victoria Torres tampoco puede sustraerse a esta belleza y, después de muchos años en el extranjero, ha vuelto a sus raíces y está cumpliendo un sueño al cultivar de nuevo viejos viñedos y cosechar uvas Malvasía. Ese vino blanco, pesado y dulce como la miel, fue durante mucho tiempo el producto de exportación más importante de la isla. Los suelos volcánicos proporcionan el sabor de las uvas, por lo que sus vinos desarrollan un carácter único.