Die Anatomin - La anatomista

Cuando Lord Byron, el famoso poeta inglés, visitó Bolonia quedó asombrado ante los modelos realistas de genitales femeninos y masculinos que se exhibían en el museo de la ciudad y más aún cuando descubrió que los había hecho una profesora. Como anatomista, artista y académica, Anna Morandi Manzolini (1714-1774) celebró éxitos profesionales que no estaban destinados a las mujeres del siglo XVIII. La base de su fama fue una nueva forma de representación del cuerpo que Morandi había desarrollado junto con su marido, Giovanni Manzolini. La innovación consistía en la producción de modelos de cera lo más apegados a la realidad, que se utilizaban, sobre todo, para la enseñanza de la medicina, pero también se exhibían en galerías para la educación anatómica del público en general. Anna Morandi daba clases particulares de anatomía a los estudiantes de medicina de su ciudad natal, pero pronto, empezó a correrse la voz de su arte y también acudían jóvenes aristócratas que, en sus viajes por Europa, visitaban sus clases. Comenzó a hablarse del arte de Morandi por todo el continente, a lo que le siguieron encargos para clientes tan destacados como la Royal Society de Londres o la zarina rusa, Catalina la Grande, que le encargó una escultura. Anna Morandi diseccionaba, perfeccionando la técnica y describía sus observaciones con una precisión que sus contemporáneos tenían en gran estima. Este trabajo, unido a la delicadeza de su artesanía, hicieron que sus modelos de cera fueran obras pioneras en la interfaz entre el arte, la investigación y la enseñanza médica. Uno de sus primeros encargos, realizado junto con su marido, consistió en modelar el desarrollo de un feto en el útero materno para instruir mejor a las comadronas. Morandi no sólo inmortalizó, en cera, partes de su propio cuerpo, sino también del de su marido. El arte del modelado en cera se sigue cultivando hoy en día, por ejemplo, en el hospital Charité de Berlín.