Pelo Malo

Junior tiene nueve años y vive con su madre Marta, viuda y desempleada, en un suburbio pobre en las afueras de Caracas. El niño no conoce a su padre, pero heredó de él el pelo chino y rebelde. Marta, suele ser brusca con Junior y toda su atención es para su bebé recién nacido, pero Junior culpa a sus gruesos rizos del desamor de su mamá. Para la foto del anuario de la escuela, Junior quiere alisarse el pelo para verse como su estrella del pop favorita. Con este deseo, exaspera a Marta; entre más esfuerzos hace Junior por cambiar de aspecto para que su madre lo quiera, ella más lo rechaza. Hasta que finalmente toma una dolorosa decisión… El drama duro y conmovedor a partes iguales de la directora Mariana Rondón pinta un cuadro realista de la dura vida cotidiana en Caracas. Sin juicios de valor, pero de manera sobrecogedora, esta película muestra lo que la lucha diaria por la supervivencia provoca en una persona, así como lo difícil que es “ser diferente”. Y también que, como Junior, hay quien se aferra a sus sueños a pesar de todo. "Pelo Malo" es a la vez un retrato documental de madre e hijo en la caótica Caracas y un alegato universal en favor de la tolerancia. "La gente está atrapada en unos rascacielos tan rotos como sus vidas. Sólo existen la pobreza, que hace que todo se detenga, y la violencia, de la que casi nadie puede escapar. Incluso los niños son conscientes de la realidad en la que viven, juegan a la guerra con figuritas de soldados y Barbies mientras afuera suenan disparos. 'Prefiero morir a que me violen', dice una vez la amiga de Junior, 'Pues muérete, puta', replica él. La violencia en la capital de Venezuela es tan real como en la película: el joven actor aficionado Julio Méndez, que interpretó a un vendedor de quiosco en 'Pelo Malo', fue víctima de ella y en abril de 2015, fue asesinado en plena calle en Caracas". (Ana Maria Michel, en DIE ZEIT) "Estilísticamente, 'Pelo Malo' es una película basada en la observación durante largos tramos. Estilo, calma, diálogos reducidos y una cámara en movimiento que se mantiene pegada a los talones de sus repartos. Así, la película triunfa como retrato naturalista-auténtico, a menudo casi documental, de una megaciudad y de su gente, así como de un país en transición. Muchas preguntas quedan abiertas. No se glosa nada y en ello radica la fuerza de 'Pelo Malo' ". (Rüdiger Suchsland en: artechock)