Desde el siglo XIX, el destino de las vacas está ligado a los nuevos métodos y avances de la ciencia animal.
La genética y las nuevas formas de criar animales han acelerado la transformación biológica y la manipulación del ganado bovino. Ya no son las mismas vacas comerciales de antaño; los hombres han adaptado los cuerpos del ganado a normas más estrictas de cantidad y calidad.
Desde la explotación del cuerpo físico de la vaca hasta la manipulación de sus células, se está construyendo un nuevo animal de granja del siglo XXI.
Desde el siglo XIX, el destino de las vacas está ligado a los nuevos métodos y avances de la ciencia animal.
La genética y las nuevas formas de criar animales han acelerado la transformación biológica y la manipulación del ganado bovino. Ya no son las mismas vacas comerciales de antaño; los hombres han adaptado los cuerpos del ganado a normas más estrictas de cantidad y calidad.
Desde la explotación del cuerpo físico de la vaca hasta la manipulación de sus células, se está construyendo un nuevo animal de granja del siglo XXI.